viernes, 12 de junio de 2015

La difícil tarea de impulsar nuevas masculinidades y paternidades igualitarias desde las políticas públicas



"La hombría se definía tradicionalmente en términos de fuerza y competencia, ya fuera en el trabajo, en las relaciones sexuales o en el deporte. [...] A muchos hombres en la actualidad les resulta evidente que la vida no se resume en una competición deportiva que hay que ganar sea como sea, que las mujeres no son rivales a quienes es preciso superar. Llorar es lícito, y es importante encontrar el punto de equilibrio con nuestros semejantes femeninos –
sean amantes, esposas, compañeras de trabajo o amigas".
Donald Bell.



Ante la cercanía del festejo del Día del Padre, cabe la reflexión sobre las transformaciones que estamos presenciando en las instituciones para impulsar las políticas de equidad de género, llama la atención la apertura a festejar a los padres como parte de las acciones en torno a la igualdad. Nos preguntamos qué tanto se puede generar igualdad y en qué, cuando se sólo se convierte en una felicitación que se agrega en el calendario laboral.


Recordemos que a los padres se les festejaba en formas austeras y en privado, no era motivo de un especial pronunciamiento o gasto de las empresas, universidades, escuelas públicas, instituciones gubernamentales y otros espacios. Incluso representantes del comercio, declaraban que no era un día de grandes ventas, aunque se hiciera propaganda en los medios. Tradicionalmente el padre mexicano era y sigue siendo señalado como autoritario, violento, machista y ausente, por lo tanto no falta quien diga ¿qué exactamente festejamos?.
Sin duda subyace un esquema patriarcal, en el que se trataba de festejar a la paternidad o la maternidad como un mero acto biológico, por dar el milagro de la vida, no obstante la dimensión de tener hijos va más allá de ese momento de procreación, es una labor cada vez más compleja, en una sociedad moderna, pos-moderna y global. Hay muchas voces que claman por analizar la paternidad de otra manera, pues se trata de una relación que implica cuidado de los hijos y construcción de afectos intergeneracionales en una interacción permanente a lo largo de la existencia.


            Los estereotipos de género siguen dominando en los medios y en los festejos institucionales, porque realmente no hay una reflexión sobre los cambios en la paternidad y sobre lo que ello implica en los cambios en la masculinidad hegemónica. Lo cierto es que están emergiendo poco a poco, las nuevas masculinidades, de hombres que están a favor de la igualdad de género y también otros neomachismos, los llamados nuevos hombres son los que enfrentan en forma crítica los estereotipos aprendidos en la vida cotidiana. Estos hombres no se sienten devaluados por hacer trabajo doméstico o cuidar niños. Bañar bebés, cambiar pañales; atender y cuidar a los hijos en sus tareas o cuando están enfermos;  cocinar, planchar, lavar, fregar platos y el retrete, no son tareas que asuman como una tarea exclusiva de mujeres, sino como trabajos que se comparten y se realizan para dar confort y calidad a la vida de la familia. 


Es importante visualizar estas nuevas identidades de hombres, para favorecer su reproducción en los ámbitos educativos familiares y laborales, así como en los medios de difusión. Estas nuevas identidades las están descubriendo y definiendo de muchas formas los estudiosos de género, donde no dejan de  ser una novedad, para Coral Herrera:


Los nuevos hombres […] porque son más autónomos, se trabajan las emociones, se comunican mejor. No necesitan criadas y por eso no "ayudan" en casa, sino que asumen su responsabilidad total sobre las tareas domésticas y disfrutan de su paternidad.[…] no sufren tanto como los hombres tradicionales, son más creativos en la construcción de su identidad, y viven su masculinidad con más libertad y alegría. Supongo que es porque no se sienten tan presionados para mostrar su virilidad continuamente, como les sucede a los varones patriarcales.


La española Marina Subirats, que ha hecho estudios de género por décadas, insiste en el trabajo cultural y re-educativo que el estado y las familias, deben promover para cambiar las ideologías masculinas patriarcales actualmente dominantes, reconociendo que son transformables y que promover la igualdad de género equivale a trabajar también con los hombres, no solo con las mujeres: “Hay que mostrar que la forma actual de la masculinidad no es sino una forma histórica, modificable y no necesaria y hay que encontrar caminos para proceder a esa modificación. (…) Instalados en una posición social de dominio –en relación a las mujeres- a los hombres no les ha sido preciso analizar sus formas de comportamiento, sus problemas, sus reacciones, y tienden a pensar que su forma de proceder es natural, espontánea, derivada de su personalidad, comportamientos y actitudes percibidos como intocables.”


En España ya existen desde hace años, talleres para que los hombres desarrollen habilidades para el trabajo doméstico. También han impulsado nuevas metodologías para que enfrenten su problema con la violencia de género. Es decir están trabajando en la inclusión de los hombres en la construcción de políticas pro-igualdad.
Sin duda el reto de incrementar la presencia de nuevos hombres, no es un asunto privado, sino público. También es un asunto que promueve nuevas prácticas y leyes, ya que se puede generar igualdad en las organizaciones laborales cuando enfocamos el cuidado de los hijos de otra manera,-no solo como un asunto de mujeres-. Ahora mismo, se aborda en forma segregada el cuidado de los hijos, delegando esta tarea a las mujeres.



El avance de la igualdad en tareas de cuidado de los hijos es difícil de calcular, se puede apreciar cuando se reconoce en los contratos, que los hombres igual que las mujeres, tienen deberes en la crianza de los hijos y por lo tanto derecho a permisos para brindarles cuidados. Es muy interesante ver los días que otorgan como permiso de paternidad en los países que ya incorporan esta prestación de algún modo en su legislación laboral. En un estudio de la Organización Internacional de Trabajo  (OIT), que revisó 187 países del mundo se encuentra la siguiente situación:




DÍAS LABORALES  QUE POR LEY SE CONCEDEN A LOS TRABAJADORES POR CONCEPTO DE CUIDADOS PATERNOS DE LOS HIJOS
Estados Unidos  de América
84
Islandia
90
Noruega
112
Suiza
70
Reino Unido
14
Francia
11
España
15
Australia
14
Nueva Zelanda
14
Brasil
5
Argentina
2
Paraguay
3
Chile
5
Perú
4
Colombia
8
El Salvador
3
México
0
Kenya
14
Siria
6
Fuente: véase Maternity and Paternity at Work: Law and practice across the world, OIT, 2014).[i]


En México tenemos aún muchos retos para el desarrollo de políticas públicas que incluyan enfoques de igualdad, que coloquen en la agenda, con decisión, acciones para la transformación de las viejas prácticas patriarcales. En este sentido, la celebración y los regalos que se otorgan en las instituciones para “los papás”, apenas llegan a enunciar un incierto festejo de la procreación, pero carecen de contenido innovador, en tanto no logren posicionar esta fecha como parte de  un programa más amplio y más claro dentro de las políticas de igualdad de género.  Por el contrario lo que se hace es una simulación de avances de género que obscurecen aún más el panorama de la desigualdad.


La demanda de permisos de paternidad no está siquiera en el imaginario de muchos hombres mexicanos, que apenas tienen trabajos informales. Tampoco se avanza en la plataforma de las grandes centrales de trabajadores, reacias a las políticas de igualdad de género. Cierto es que los mayores avances se advierten en las unidades de género de diversas entidades gubernamentales que inician un acercamiento al tema, dentro de sus comités de desarrollo de una nueva cultura institucional, que van aprendiendo y capacitando para contar con miradas críticas a los estereotipos de género, así como a la comprensión de las nuevas paternidades. No obstante, a la hora del festejo de los “papás”, enfrentan la falta de referentes, apoyos y recursos para hacer un mejor trabajo. Se  vacila entre el populismo de un festejo masivo y carente de contenido o bien,  -de contar con algún recurso económico-, los eventos apenas se acercan a sensibilizar a los hombres sobre su paternidad.


El silencio y la omisión del estado al respecto, o la reproducción incontrolable de estereotipos masculinos tradicionales desde los medios de comunicación, afectan el avance efectivo en las políticas de igualdad de género.



[i] Puede consultarse en línea http://www.ilo.org/global/topics/equality-and-discrimination/maternity-protection/publications/maternity-paternity-at-work-2014/lang--en/index.htm

[1] Coral Herrera Gómez, http://blogs.elpais.com/eros/2013/09/los-nuevos-hombres-nos-gustan-a-las-nuevas-mujeres.html

[1] Puede consultarse en línea http://www.ilo.org/global/topics/equality-and-discrimination/maternity-protection/publications/maternity-paternity-at-work-2014/lang--en/index.htm