“para lograr
la plena igualdad entre el hombre y la mujer es necesario modificar el papel
tradicional tanto del hombre como de la mujer en la sociedad y en la
familia". En consecuencia, los Estados Partes están obligados a coadyuvar
a la modificación de los patrones socioculturales de conducta de hombres y
mujeres para eliminar "los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y
de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o
superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de
hombres y mujeres" (artículo 5). Asamblea
General de las Naciones Unidas. Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, 1979, 1981. Desde 1989, México
confirmó su obligación a acatar estas disposiciones.
Desde
1979, han sido insistentes las recomendaciones de ONU Mujeres y de la CEDAW
(Committee on the Elimination of Discrimination against Women), para que el
gobierno mexicano adopte políticas para enfrentar las brechas de desigualdad de
género y los niveles de violencia contra las mujeres que persisten en nuestro
país. Así, en 2007 se aprobó la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida libre de Violencia, misma que posteriormente se fue
aprobando en los estados de la República. Estos avances legislativos han
contribuido a hacer visibles los problemas de la violencia tradicional
naturalizada contra las mujeres en nuestra sociedad, pero aún seguimos en los
inicios. El reto además ha sido que la administración pública avance tanto en
metodologías para actuar frente a la violencia y la atención de las víctimas,
como para que en todos los sectores y áreas del gobierno se comprenda la
perspectiva de género como una herramienta para analizar la desigualdad de
género.
Las
unidades de Género convocan a empezar por la propia casa, es decir, revisando
que al interior de las dependencias de gobierno, sus empleados y empleadas,
respeten las nuevas leyes e identifiquen y combatan la discriminación de
género, el acoso sexual y laboral entre otros problemas, asimismo que inserten
las unidades de género en su estructura para que se hagan transformaciones a
todos los niveles.
La
iniciativa de crear Unidades de Género, fue promovida por el Instituto Nacional
de las Mujeres en el marco del Programa Nacional de Igualdad de Oportunidades y
no discriminación contra las mujeres (PRO-IGUALDAD) establecido en el Plan
Nacional de desarrollo 2013-2018. Se trata de propuestas de una política
pública que establece que todos los servidores públicos sean sensibilizados y
capacitados para identificar y actuar frente a las desigualdades de género en
sus áreas de atención. Es decir cualquier secretario o funcionario de bajo, medio y alto nivel que trabajen en el servicio público,
deben manejar la perspectiva de género como una herramienta para comprender la
desigualdad y actuar en sus áreas de responsabilidad, deben saber implementar
acciones que promuevan la mejora de las condiciones de las mujeres. Los seis
objetivos transversales que propone Pro-Igualdad son:
1. Alcanzar la igualdad sustantiva entre
mujeres y hombres y propiciar un cambio cultural respetuoso de los derechos de
las mujeres.
2. Prevenir, atender, sancionar y
erradicar la violencia contra mujeres y niñas, y garantizarles acceso a una
justicia efectiva.
3. Promover el acceso de las mujeres al
trabajo remunerado, empleo decente y recursos productivos, en un marco de
igualdad.
4. Fortalecer las capacidades de las
mujeres para participar activamente en el desarrollo social y alcanzar el
bienestar.
5. Generar entornos seguros y amigables de
convivencia familiar y social, actividades de tiempo libre y movilidad segura
para las mujeres y las niñas.
6. Incorporar las políticas de igualdad de
género en los tres órdenes de gobierno y fortalecer su institucionalización en
la cultura organizacional.
El
llamado a construir estos comités a nivel nacional va dando respuestas poco a
poco y van develándose en cada área, los retos que tienen que enfrentar. Por
ejemplo apenas el 16 de octubre de 2014 se formó la unidad de género del Senado
de la República, con la presencia del Presidente del Senado Emilio García
Patrón y las representantes de INMUJERES
y de ONUMUJERES.
Se
mencionó que era un hecho sin precedentes que el Senado se pronunciara por los
derechos de las mujeres asumiendo el compromiso de apoyar una unidad de género.
Marcela Eternod por INMUJERES, señaló que el Senado asumía así el compromiso de
revisar su normativa para incluir la perspectiva de género y dar mayores oportunidades a las mujeres en
México. Paz López representando a ONU-Mujeres, señaló que México con ello
cumplía con los compromisos internacionales para asumir la igualdad pero
insistía hay que hacer acciones afirmativas,
para que las mujeres logren avanzar en las diferentes áreas de la vida
social y política. La unidad del Senado tendría que impactar en el trabajo
legislativo, para incluir los preceptos de igualdad de género. Suponemos que en
estos momentos, una tarea inmediata y concreta de la nueva Unidad de Género sería
velar porque la paridad política sea efectiva en los procesos electorales y se
respete la ley.
La
expectativa es que esos comités generen políticas y acciones afirmativas, para
ir construyendo igualdad en sus áreas de influencia.
La
tarea no será fácil, lo reconocen los mismos hombres. El líder del Senado
señaló que está consciente que el Senado es un órgano difícil para las
cuestiones de género y que por ello el hecho de que existan 42 mujeres
senadoras, representa mucho.
La
unidad de género del Senado fue dotada de oficinas, mobiliario y todo lo
necesario para su funcionamiento y la ciudadanía tendría que estar atenta a las
acciones que emprenda para avanzar hacia la igualdad sustantiva entre hombres y
mujeres.
Desde 2011, en algunas dependencias gubernamentales de San Luis Potosí, se empezó
a hablar de llevar adelante los planteamientos de transversalización de género,
en sus planes y acciones. Las Unidades de Género se planteaban entonces,
como las nuevas figuras institucionales
para promover la igualdad al interior de las propias dependencias
gubernamentales. En 2013 con el acompañamiento del Instituto de las
Mujeres, cuatro dependencias asumieron
el reto de crear, sus unidades de
género: La Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, los Servicios de
Salud Pública, el Instituto Estatal para el desarrollo de los Pueblos Indígenas
INDEPI y el Centro de Atención a Víctimas del Delito. Estos primeros esfuerzos
tomaron las formas más diversas y han enfrentado diferentes retos para
comprender y ser comprendidos en su función.
Empezaron a aparecer como comités que llevan adelante acciones de
sensibilización y capacitación, con dudas de donde poner el acento en sus
acciones: si es hacia sus propios compañeros y compañeras, al interior de las
dependencias o bien a las acciones diversas de difusión y educación hacia los
usuarios de su dependencia y a la sociedad. Lo cierto es que han actuado más
con voluntad que con apoyos reales para impulsar su trabajo. Los responsables
de estos comités no se dedican de manera exclusiva a las tareas de las unidades
de género, no tienen descarga en su trabajo cotidiano, no cuentan con espacios,
recursos y una visibilidad efectiva para
promover la perspectiva de género y mucho menos al finalizar el actual
gobierno. Queda además la incertidumbre si el próximo gobierno les dará
continuidad a las acciones del Programa de Igualdad y la forma e intensidad en
que lo hará.
No
obstante en un diagnóstico realizado por el colegio de San Luis junto con los
responsables de estas cuatro unidades, se
empiezan a reconocer en formas más claras los alcances y los retos que
existen en cada sector para enfrentar las brechas de género. En la SEGE por
ejemplo, en sus números se hace visible un fenómeno de desigualdad muy marcado,
pues pese a ser un gremio feminizado, los puestos directivos o sindicales, son
asumidos mayoritariamente por varones y las mujeres tienen poca oportunidad de
acceder a éstos, aún y contando con igual o mayor experiencia y formación
académica. En el sector salud, es notoria la feminización de las actividades de
enfermería y la escasez de formación en salud sexual y reproductiva con
perspectiva de género. En el INDEPI, se tiene claro el reto de promover la
formación en interculturalidad y género entre su personal, pues no hay duda de
que son inmensas las tareas para generar oportunidades de igualdad para las
mujeres indígenas. Finalmente en lo referente a la Atención a víctimas del
delito que es tarea del CAVID y cuyo comité fue refundado recientemente,
señalan que las víctimas que atienden, generalmente son mujeres y niñas. Llegan
a sus oficinas pidiendo ayuda para ser orientadas para enfrentar la
desigualdad, las injusticias y vejaciones diversas y la unidad de género deberá
trabajar intensamente en la formación de su personal para brindar la atención
con perspectiva de género.
El
personal de estas dependencias ya ha explorado los aprendizajes de la
perspectiva de género, la unidad de la SEGE ha gestionado primeros recursos
para favorecer actividades pro-igualdad y asimismo para vincularse con la
sociedad para prevenir la violencia de género en las escuelas. Sin embargo,
para que las Unidades de Género tengan realmente presencia en las Dependencias de Gobierno, se
requieren acciones decididas del Ejecutivo. En otras entidades, cuando el
Gobernador es el primero que encabeza y asume su compromiso con las Unidades de
Género de las dependencias de su gobierno, se nota de inmediato en la agenda y
las acciones visibles para capacitar al personal, para empezar, en el Estado de
Hidalgo y en Nuevo León, por ejemplo, se han visto avances importantes desde
hace años. En nuestra entidad, vamos despacio, con respuestas heterogéneas,
pues hay desconocimiento y resistencias muy bien identificadas en ciertas
dependencias y otras que facilitan e impulsan cambios.
Frente
al cambio de gobierno, es importante que los candidatos se pronuncien y se
comprometan a llevar adelante las leyes y los acuerdos nacionales e
internacionales para promover la igualdad de género, pues su importancia para
el desarrollo pleno de las mujeres en nuestra sociedad, es fundamental.