Pero
el arrojo de estas profesoras impulsa la secularización educativa,
indispensable en la nación, al ser el laicismo la puerta de entrada a la
modernidad. La iglesia católica defiende sin reservas la educación religiosa en
las escuelas públicas, y al ser las maestras un factor determinante en las
escuelas rurales y en las misiones culturales, en un buen número de ellas se
les hace pagar su entusiasmo con golpizas, violaciones, asesinatos. (Carlos Monsiváis, 2009)
Actualmente
la importancia de la labor educativa y social de las maestras rurales
mexicanas, ha sido abordado en diferentes investigaciones tales como los
trabajos de Ana Macías, Gabriela Cano, Ana Lau Jaiven, Carmen Ramos, Mary Kay
Vaughan, Luz Elena Galván, Oresta López, Elsie Rockwell, Elvia Montes de Oca,
Salvador Castillo, Yolanda Padilla-Salvador Camacho, Norma Ramos, Teresa
Fernández, Rosa María González, entre otras. La mayoría de estos estudios son
recientes, generados en los últimos 30 años.
En
mi caso, me he dedicado a estudiar a las maestras mexicanas desde hace más de
dos décadas y media, fue a partir del
estudio de las maestras rurales hidalguenses , que pude comprender una lucha
olvidada: la lucha que emprendieron las maestras para la conquista de derechos
reproductivos y la igualdad salarial. Mismos, que fueron conquistados durante
los años en que Narciso Bassols estaba al frente de la SEP, en 1933. Anteriormente se mantuvieron diversos reglamentos que
señalaban el cese de las profesoras en caso de casarse o de embarazarse y sus
salarios eran por lo general inferiores a los de los hombres, pues les daban el
estatus de ayudantes de los profesores varones.
Por
entonces, los docentes no contaban con seguro médico y aunque desde el
porfiriato se favoreció la feminización del magisterio, la SEP
posrevolucionaria mantenía los viejos reglamentos moralizantes y de negación de
la maternidad de sus empleadas, incluso negaban la imparable presencia de
mujeres, así como su real colaboración en los proyectos posrevolucionarios y
como fundadoras de la educación en el medio rural e indígena.
Los
estudios han mostrado que las maestras iban a las comunidades pese a los
riesgos que implicaba realizar su labor en un país que aún no se pacificaba y
los ataques de cristeros en contra de agentes del gobierno eran constantes en
ciertas regiones. Sin duda alguien que trabaja en estas condiciones es una
muestra de que necesitaban el trabajo por ser pobres, como efectivamente lo
eran la mayoría de ellas, pero también es importante decir que no pocas, tenían
aspiraciones nacionalistas auténticas y que se unieron a los ideales de cambio
y de reconstrucción nacional que impulsaban los gobiernos postrevolucionarios.
El
reto para cualquier investigador que
haga historia de las mujeres, radica no solo en recuperar las evidencias de la
presencia de las mujeres, sino en tratar de interpretarlas, lo cual solo es
posible a partir del uso de herramientas conceptuales para hacer visible lo
invisibilizado, en este caso, se trata de conocer los dispositivos de poder que
permitieron la hegemonía de las políticas sexuales de corte patriarcal que
subyacen en el sistema educativo.
Hablar
de derechos reproductivos y de temas vinculados con la sexualidad humana, en
los años treinta era desde luego todo un reto, pero la política médica vigente
mostraba interés central en el cuidado del niño ante tanta mortalidad infantil
y por ello algunos médicos se inclinaron por apoyar la autorización de permisos
de maternidad a las profesoras con pago de salario completo, argumentando que era
indispensable que sus hijos no fueran expuestos a la muerte y que el estado
necesitaba también el trabajo de las profesoras.
En
los testimonios que recuperé de las profesoras sobrevivientes a la educación
socialista, encontré datos que muestran que pese a haber cambiado ganado el
derecho a los permisos de maternidad, las autoridades y los padres de familia
no veían bien que las maestras se embarazaran, lo veían como un mal ejemplo
para las niñas. Entonces las maestras, aprendieron a negociar y a ir ejerciendo
sus derechos reproductivos y al hacerlo también promovían ciudadanía femenina,
pues fueron ejemplo de cambios importantes en la condición de las mujeres, al
mostrar que estaban dispuestas a ejercer sus derechos y que podían ser madres y
profesionistas.
Así,
muchas chicas de extracción humilde, al convertirse en maestras, entraban a
nuevos escenarios de socialización que las cambiaban como mujeres: por ejemplo,
se cortaban las trenzas, se vestían de otra forma, actuaban en público y
tomaban decisiones como empleadas con derechos. Todas las maestras se
preparaban de acuerdo a las necesidades que entonces implicaba el trabajo en
las escuelas y comunidades, sabían bordar y coser, algunas manejaban armas para
protegerse en los caminos y la mayoría sabía montar a caballo, sembrar la
tierra, preparar comidas, curar enfermos, atender partos, recitar, cantar y
bailar. La SEP las mostró como modelos
de mujer del México posrevolucionario y pronto fueron incluso temas de novelas,
de poesías, corridos y de las artes gráficas, Hasta en el cine, fueron
personajes fuertes como en Río escondido y motivo importante en los murales de
Diego Rivera.
En
los más de 13 mil expedientes guardados en cajas en el Archivo de la Histórico
de la SEP, podemos conocer las trayectorias profesionales de las maestras, ahí
aparecen sus cartas, sus historias y sus reclamos a la SEP, son voces de
mujeres que se negaban a ser tratadas como sub-profesionales y que reclamaban
igualdad de trato, en la capacitación, en los derechos y en los beneficios
laborales. Ahí constatamos que sólo nuevos esfuerzos historiográficos con
perspectiva de género pueden hacer visibles a esas mujeres rebeldes que se
enfrentaban a las estructuras de un discurso de género hegemónico, para
reconocerlas, recordarlas e incluirlas a la memoria de este país.
[1]
CANO, Gabriela, Mary Kay Vaughan
y Jocelyn Olcott (compiladoras) Género, poder y política en el México
posrevolucionario, Fondo de cultura Económica, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa,
México, 2009, p, 31.
[1]
LOPEZ Pérez, Oresta Alfabeto
y enseñanzas domésticas, el arte de ser maestra rural en el Valle del Mezquital.
México, Colec. Antropologías CIESAS-CECAH, 2001.