miércoles, 29 de octubre de 2014

Los normalistas rurales y la conciencia social que interpela

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
viva la literatura.
Me gustan los estudiantes (Violeta Parra)


Una mirada tecnocrática podría decir que el tiempo se detuvo en Ayotzinapa o en las otras 16 normales rurales que sobreviven a este proyecto educativo iniciado en 1926. También podría afirmarse que estos jóvenes reivindican algo que todos los mexicanos –no solo los estudiantes- debiéramos procurar: un poco de conciencia de la situación social de nuestro país.


La respuesta del Estado frente a los normalistas rurales, ha ido desde las medidas de castigo de alimentos y servicios para los internados hasta las formas represivas, recordemos por ejemplo la lucha de la Escuela Normal de El Mexe, en el estado de Hidalgo, que en el 2000, cuando los jóvenes pedían becas al gobierno del estado, procedieron a cortarles el agua, la luz, el gas y la comida para impedir que funcionara el internado. Poco después el gobierno envió a un grupo de policías-granaderos para desalojar a los jóvenes que tomaron el edificio y para sorpresa de los mismos, fue la comunidad de Tepatepec la que se incorporó a apoyar a los estudiantes, capturando a los policías y exhibiéndolos como traidores y represores de los jóvenes.


Generalmente ante los intentos de someter a los internados por medio de la privación de alimentos, son los mismos campesinos que rodean a las escuelas, los que proveen a los jóvenes para que puedan seguir adelante en sus luchas. En el caso de El Mexe, además fueron los habitantes de las comunidades los que enfrentaron a la policía y retuvieron a 68 granaderos a los que tomaron cautivos para canjearlos por los estudiantes que tenían detenidos. Ocho años después el gobierno logró cerrar la Normal rural de El Mexe, abriendo en su lugar una Universidad Tecnológica. El actual Secretario de Gobernación, por cierto, fue uno de los operadores del proceso de  sometimiento de los jóvenes del Mexe. El cierre de la institución, fue considerado un triunfo político para los priistas hidalguenses.


Los estudiantes de las normales rurales siguen movilizados defendiendo las normales, organizados en una de las agrupaciones más antiguas de México, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), misma que se fundó en 1935 en la Normal de Roque Guanajuato. La FECSM ha sostenido desde entonces un perfil combativo y crítico, los comités estudiantiles de cada normal tienen fuertes vínculos con su federación y cabe decir que participan de formas de co-gobierno en cada institución. Es decir en cada normal los y las jóvenes y los directivos toman decisiones sobre la organización de las escuelas, sobre el rumbo de la educación, con ello puede entenderse que su federación estudiantil, tiene impacto en la forma en que se orientan las normales en todo el país.


La FECSM vigila que se mantenga asimismo, la formación de los y las estudiantes en torno a cinco ejes que reivindican: 1) Eje académico, que corresponde a los contenidos curriculares de la formación de maestros que se aplica en todo el país. Cabe decir que anteriormente había contenidos diferenciados para normales rurales y urbanas y actualmente son los mismos; 2) el eje de producción, es el que define las prácticas agropecuarias que deben aprender en la institución, en estas se enseña a cultivar ya cuidar animales en ocasiones, los productos derivados de sus parcelas son empleados para la alimentación del internado o bien son comercializados para cubrir otro tipo de gastos.  3) El eje político, es el núcleo de formación de conciencia social del papel del maestro rural y confirma su compromiso con el desarrollo y la educación de los pobres del campo; 4) El eje deportivo es muy relevante, los y las estudiantes de los internados realizan ejercicio físico  frecuente y se procura la buena condición física, tanto como la práctica de deportes en grupo que favorecen los encuentros y competencias deportivas y finalmente el 5) Eje cultural, en el que adquieren habilidades para el teatro, música, danza y la oratoria. En cada eje, buscan siempre ligarse con las comunidades que constituyen el entorno de las escuelas. Llevan teatro o deporte a las comunidades, además de lo que aportan en las prácticas pedagógicas.


Sus rondallas aparecen en youtube entonando canciones de amor y mostrando con orgullo las diapositivas de las imágenes de su escuela, con sus murales de figuras emblemáticas de las revoluciones latinoamericanas y lo más cercano a su ideología y prácticas de cogobierno y de  reflexión sobre las escuelas.



La conciencia social de estos jóvenes es la parte que más incomoda e interpela a los gobernantes y a sectores conservadores de nuestro país. Aún hoy en día tenemos funcionarios públicos que ven en cada joven un posible delincuente, sin nada que aportar y al desearían tratarlos por la fuerza antes que intentar dialogar con ellos; si además se trata de muchachos o muchachas pobres o indígenas, recibirán adicionalmente un trato discriminador, con desprecio racista y sexista, según sea el caso. Así, tener conciencia social, puede ser visto como un ingrediente de peligrosidad añadido en los estudiantes. En esta lógica, erróneamente, parece justificado hacer uso de la fuerza pública, incluso en las redes sociales uno ve más de una voz autoritaria que acusa a los jóvenes, de buscarse los excesos de la fuerza pública. En este país se prohíbe y se castiga a quienes se  preocupan por las condiciones del pueblo, por los campesinos y a los que se oponen a las políticas del BID y del FMI, o a quienes no participan de las últimas reformas educativas o a los que piden escuelas dignas. Los hechos de Ayotzinapa son una muestra de la molestia que pueden ser para sectores conservadores los jóvenes con conciencia social. Afortunadamente somos muchos los que pensamos diferente y planteamos como agravio a la sociedad y a los derechos humanos,  el trato dado a los normalistas de Ayotzinapa.

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